Amy Webb "La tecnología sin un plan podría matarnos fácilmente"
Por Majo Acosta & Marta González Muguruza
Por primera vez, Amy Webb, la futurista líder de Future Today Strategy Group,
una de las celebridades de SXSW, compartió un espacio de intercambio con
periodistas. En el encuentro, Amy abordó los desafíos e implicaciones de
las tecnologías emergentes, remarcando la necesidad de una planificación
estratégica para evitar escenarios distópicos. Si bien siempre invita al
pensamiento crítico, en esta edición Webb subrayó los peligros del tecnooptimismo
y criticó la falta de visión a largo plazo.
En tus presentaciones planteás escenarios, y muchos de esos escenarios son difíciles,
trágicos, a veces distópicos... ¿Te genera ansiedad? Y si es así, ¿cómo la gestionás?
Parte de mi trabajo es ser provocador, hacerte pensar en cosas que no has pensado antes.
Cuando nos dedicamos a esto profesionalmente, no solemos plantear escenarios optimistas
ni catastróficos; son más estratégicos. Creo que hay demasiados optimistas tecnológicos por
ahí, gente que dice que toda esta tecnología mágicamente traerá el mejor de los mundos
posibles. Y la verdad es que la tecnología por sí sola no nos salvará; de hecho, la tecnología
sin un plan podría fácilmente matarnos. Así que mi trabajo es recordarle a la gente que hay
esperanza y que podemos tener un futuro mejor, pero ¿con qué plan? Este año tenía cinco
escenarios. Y uno de ellos era tan realista y aterrador que una colega me recomendó no usarlo
para que la gente no se fuera sintiéndose mal, buscamos que la gente se vaya pensando.
No creo que la regulación sea el mejor camino a seguir
porque la regulación es una mirada al pasado, no al
futuro. En lugar de castigos, me gustan los incentivos.
¿Hay una forma de incentivar a las personas a tomar
las decisiones correctas?
¿Cuál es tu mirada sobre la influencia de los tecno-millonarios (con Musk a la cabeza)
en el actual escenario de la política?
El gobierno de los Estados Unidos está en crisis. Y aclaro que no pertenezco a ningún partido
político. Soy independiente, pero lo que estoy viendo ahora mismo en los Estados Unidos
es un caos total. Mi esposo me dijo esta mañana durante el desayuno que el gobierno -
Trump- puso a la venta un montón de edificios gubernamentales. Edificios federales a la
venta. Uno de esos edificios era un espacio no declarado de la CIA, es decir, un lugar altamente
secreto. Hicieron pública su existencia y ubicación, lo que puso en peligro la vida de muchas
personas. Y el problema que veo no es solo que esto sea un caos para el gobierno de los
Estados Unidos, sino que otros gobiernos del mundo nos miran como referencia. Bolsonaro
miró a Trump como referencia. El presidente de la Argentina mira a Trump como referencia.
No queremos que este tipo de caos se extienda por todas partes. Eso no significa que no
necesitemos cambios. Debe haber cambios. Pero hay una gran diferencia entre un "tech
bro" (como Musk) entrando y desmantelando el gobierno -y, por cierto, tampoco puedes
hacer eso dentro de una empresa. Si alguien, uno de estos personajes, llegara e intentara
desmantelar o alterar una empresa de esta manera, el negocio colapsaría.
Las decisiones que se están tomando se están tomando por razones equivocadas: ego, poder,
alianzas extrañas, ganancias financieras rápidas. Y eso nos está preparando para enormes
problemas a largo plazo.
Creo que debemos enfocarnos en los impactos a largo plazo, en lugar de solo en las acciones
individuales que estas personas están tomando en el día a día. Porque eso es parte del
problema, ¿cierto? Es como estar sentado en una plaza viendo lo que pasa. Trump hace algo
loco. Elon Musk hace algo loco. Pero hay como mil cosas locas sucediendo todo el tiempo,
y tenemos que mantener nuestra atención en lo que viene, en hacia dónde vamos y qué
queremos lograr.
¿Ves a Trump y a Musk innovando?
Creo que depende de cómo definamos innovación. Mucha gente ve las decisiones y acciones
recientes y dice que el gobierno de Estados Unidos se había vuelto demasiado grande y
burocrático, creciendo sin parar, y que finalmente alguien está haciendo algo al respecto.
Esa es una forma de verlo.
Pero desde mi perspectiva, lo que veo no es innovación, es obliteración. Y eso es algo muy
distinto. No están llevando a cabo un proceso de destrucción creativa con el propósito de
construir y hacer crecer algo nuevo. Porque, sinceramente, no sé si hay un plan para ese
"nuevo gobierno".
Si alguien hubiera dicho: "Esta es nuestra visión del futuro", podríamos discutirlo. Pero el
documento Project 2025 que circuló no abordaba realmente todos estos aspectos. Para que
un cambio sea positivo, se necesita una visión clara, una estrategia definida, data, un plan de
ejecución. Y nada de eso parece estar ocurriendo.
Las grandes empresas tecnológicas también son grandes proveedoras de servicios para el
gobierno, al igual que las firmas de consultoría. Con lo que está ocurriendo ahora, no hay
manera de que no pierdan una cantidad significativa de negocios.
Un área donde podríamos ver cambios es en la industria espacial. Es posible que haya
nuevos actores que aceleren el mercado espacial. Pero, de nuevo, no parece haber un plan
estructurado. Así que, en este momento, no veo un gran cambio positivo en el corto plazo.
Quizás en un año tengamos una historia diferente que contar.
Te hemos escuchado decir que la regulación no es la solución, entonces ¿qué hacemos?
No creo que la regulación sea el mejor camino a seguir porque la regulación es una mirada
al pasado, no al futuro. Si intentas regular la inteligencia viva ahora mismo, lo que creés
probablemente no tendrá sentido dentro de uno o dos años. En lugar de castigos, me gustan
los incentivos. ¿Hay una forma de incentivar a las personas a tomar las decisiones correctas?
Comenzar con las empresas, que es lo que yo haría, porque al final, el dinero es lo que importa,
nos guste o no, así es como funcionan las cosas.
Entonces, ¿podemos incentivar a las empresas para que tomen las decisiones correctas?
¿Qué podría motivar a una empresa a tomar decisiones que le permitan ganar mucho más
dinero? De nuevo, no es algo popular de decir, pero creo que si creáramos una vía en la que
las principales empresas tecnológicas pudieran ver cómo suben sus precios de acciones y
tienen un mayor retorno de capital, y hacer que todo fuera más fácil para ellos, tomarían
decisiones que serían las mejores para la visión a largo plazo de la humanidad. El problema
es que nadie las está incentivando a hacer eso ahora mismo.
Este es el punto que tocabas sobre el gobierno. Esto tiene que ser algo que haga el gobierno,
pero lo que está pasando ahora está centrado en el presente, no en el futuro. Esto requiere
un cambio estructural que llevará tiempo y será desafiante, y diferente en cada país, pero
creo que esa es la mejor vía a seguir.
¿Y qué debería hacer la gente "de a pie"?
Hay que educar a las personas, y no estamos haciendo un buen trabajo en eso, para que
entiendan qué son estas tecnologías, qué no son y cómo funcionan o no. Cuando lleguen las
computadoras biológicas, no todos van a salir a comprar una, pero en algún momento, cosas
como la fertilización artificial sin intervención humana, la creación de un óvulo y esperma y
una matriz artificial, eso ya está en el horizonte. Los cambios van a ocurrir tan rápido que las
personas estarán en shock, y terminará habiendo más polarización y caos.
Así que lo mejor que podríamos hacer es educar a las personas también, porque los trabajos
van a tener que cambiar. Necesitamos reorientar la fuerza laboral y la educación, pero a
la vez necesitamos líderes fuertes que sean valientes para tomar decisiones difíciles, que
tengan una visión a largo plazo y un plan. Y, francamente, no lo veo en Alemania, no lo veo
en Estados Unidos ni en Brasil. Lo veo en China, pero eso también trae, obviamente, algunas
realidades desafiantes.
De hecho el presidente de Francia, Macron, ha estado haciendo un trabajo un poco mejor
últimamente en cuanto a esa visión a largo plazo, pero pronto se irá. Necesitamos líderes
fuertes que no estén solo para sí mismos, sino aquellos dispuestos a pensar hacia el futuro y
que entiendan que si todos prosperan, ellos también prosperan.
Cuando lleguen las computadoras biológicas, no todos
van a salir a comprar una, pero en algún momento,
cosas como la fertilización artificial sin intervención
humana, ya están en el horizonte. Los cambios van a
ocurrir tan rápido que las personas estarán en shock,
y terminará habiendo más polarización y caos. Así que
lo mejor que podríamos hacer es educar a las personas
también, porque los trabajos van a tener que cambiar.
¿Qué opinas de la innovación china?
Creo que el mundo entero ignoró a China durante mucho tiempo y no la vio como un centro
de innovación ni como una amenaza en términos diplomáticos, militares y económicos, al
menos desde la perspectiva de Estados Unidos. China tiene algunas ventajas que otros países,
incluyendo Corea del Sur, no tienen. Una de ellas es su tipo de gobierno, que puede imponer
planes a largo plazo.
China tiene una tradición de planes quinquenales y, en cierto modo, puede hacer que todos
los cumplan. Uno de esos planes es el de computación cuántica. También hay un plan para
robótica, otro para inteligencia artificial. Esto genera nuevas restricciones y, en ocasiones,
puede dificultar la innovación, pero al mismo tiempo han desarrollado programas para atraer
académicos de vuelta a China e impulsar la innovación y la creación de nuevas tecnologías.
Entonces, sí hay muchas cosas interesantes sucediendo en China que han sido ignoradas. Y
creo que eso es un error, porque no hemos prestado atención a la innovación china.
Estoy de acuerdo en que China tiene enormes ventajas en manufactura y en la recopilación
de data. Por eso vamos a empezar a ver avances importantes en IA. China ha dicho en varias
ocasiones que tiene modelos de lenguaje grandes que consumen mucha menos energía y
son más eficientes. No eran de código abierto, por lo que nadie más podía probarlos, pero
DeepSeek podría cambiar las cosas.
No tuve tiempo de hablar sobre computación cuántica, pero este es también el año en el
que esa tecnología empieza a despegar. Creo que estamos entrando en una nueva era, y no
estamos preparados para ello.
¿Estamos condenados?
Tengo que ser honesta contigo: normalmente, cuando me hacen esa pregunta, mi respuesta
es "No estamos condenados, porque el futuro no está escrito. Todavía podemos tomar buenas
decisiones". Pero ahora me siento menos optimista que nunca. Me preocupa mucho que la
tecnología avance tan rápido y que, simplemente, no haya un plan claro. Al menos, yo no he
visto ninguno. Y eso me inquieta.
¿Tenes fe en la humanidad? ¿Cuál es el rol que nos toca a los periodistas en esto?
Tengo fe en la humanidad. Solo tengo menos fe en algunos líderes. Algunos están bien, pero
en este momento tengo menos confianza de la que me gustaría. Y su rol como periodistas es
contar la historia de manera correcta. Mirá, hablo un par de idiomas, pero, lamentablemente,
no hablo portugués ni español. Sin embargo, no estoy viendo mucha cobertura que realmente
se pregunte: ¿qué sigue? En cambio, hay una obsesión con lo más loco o extravagante que
acaba de ocurrir.
Hay una gran oportunidad para que los periodistas den un paso atrás y se pregunten:
¿qué significa esto?, al mismo tiempo que continúan con su trabajo de investigación. Y eso,
realmente, es invaluable. Es algo que puede ayudar a la gente a comprender lo que está
ocurriendo y, aunque cada vez es más difícil, a exigir responsabilidad a quienes están en el
poder por las decisiones que toman.
En tu presentación hablaste de varias inteligencias. ¿Podés explicar la diferencia entre
la inteligencia organoide, la inteligencia viva, y la inteligencia artificial?
La inteligencia organoide consiste en fusionar, por lo general, células cerebrales con máquinas,
es decir, neuronas con tecnología. Las neuronas conducen electricidad y, en cierto sentido,
eso es lo mismo que ocurre en una computadora tradicional. Así que la inteligencia organoide
es esta fusión entre biología y máquinas.
El martes estaba escribiendo y terminando mi presentación, y mi colega Sam Jordan, que
cubre tecnología avanzada, envió un mensaje por Slack al equipo diciendo: "No van a creer lo
que acaba de lanzarse". Y era la computadora de Coracle Labs, que hace exactamente lo que
discutimos el año pasado.
Así que piensa en la inteligencia organoide como una máquina viva. Ahora, la inteligencia
viva es diferente. Es un término general que engloba todas estas inteligencias: la IA, la
recopilación de data de distintos sensores, pero también la biología como una plataforma
para una inteligencia emergente y en constante crecimiento. La IA forma parte de esto,
pero no lo es todo. Y la IA en sí misma es un término paraguas que abarca muchos tipos de
tecnologías.
Para responder a tu punto, ya estamos viendo IA combinada con sensores. Hay muchísimos
ejemplos. Lo siguiente que veremos será IA y biología. Y lo que tardará un poco más en llegar
es la combinación de biología y sensores, porque simplemente requiere más tiempo.
Hablando de cerebros, organoides cerebrales conectados a robots, eso probablemente está
más lejos en el futuro. Pero el "robot hongo", que creció de manera similar, eso ya existe.
Creo que debemos ser muy cuidadosos. La razón por la que se están construyendo robots
humanoides es porque nuestro mundo físico fue diseñado para nuestro tipo de cuerpo.
Pero eso probablemente cambiará, lo que significa que veremos todo tipo de robots, no solo
humanoides.
¿Cómo ves la competencia por IA, y qué le queda al resto del planeta en esta carrera?
Creo que, cuando se trata específicamente de la IA, esta necesita hiperescaladores para
funcionar. Empresas como Google y Amazon deben asociarse, y en Estados Unidos tenemos
los hiperescaladores más grandes del mundo. Por ahora, será difícil que alguien compita
contra Estados Unidos en inteligencia artificial, excepto China, que también cuenta con
hiperescaladores de gran escala trabajando en conjunto.
Sin embargo, a medida que la tecnología evoluciona, las cosas podrían cambiar. Japón debería
ser el líder global en robótica. Sus equipos de investigación están entre los más avanzados, y
ahora que existen herramientas para que los robots funcionen de manera más eficiente, hay
una gran oportunidad para que Japón lidere el desarrollo en este campo.
También hay algo interesante en cuanto a los hubs tecnológicos en Estados Unidos.
Actualmente, hay un impulso para crear lo que llaman startup cities o startup nations, que
básicamente serían territorios no incorporados -como islas o zonas de tierra sin regulación
federal- donde las startups podrían operar sin seguir las reglas tradicionales. Algo similar
ya ha sucedido en algunas partes del mundo. Por ejemplo, Haití tiene una zona económica
especial donde startups genéticas o de biotecnología pueden establecerse y operar con
regulaciones más flexibles.
Ahora bien, en Estados Unidos hay un impulso para crear nuevas ciudades sin restricciones
federales específicamente diseñadas para innovadores, con el objetivo de acelerar el
desarrollo tecnológico (no estoy segura de que esta sea la mejor idea a largo plazo). Aun
así, lo menciono porque, aunque los países más grandes seguirán compitiendo, es posible
que estas startup cities logren moverse más rápido al no estar sujetas a las mismas reglas y
limitaciones.
¿Por qué creés que SXSW es el mejor espacio para pensar juntos?
Creo que hay muchas razones por las que South by Southwest es el lugar perfecto para
esto. Para escuchar cómo otras personas abordan maneras de generar mejoras, maneras
de protestar, maneras de construir futuros mejores. Y esto sucede en las sesiones de los
paneles. Sucede en los pasillos. Sucede cuando la gente se cruza por casualidad. Y no hay
muchas otras oportunidades para reunir a personas para hacer eso.
Recuerdo -no recuerdo cuántos años atrás- estar sentada en el Driskill, que es un gran
hotel aquí, y tienen un bar excelente. Y esa noche terminé hablando con alguien del gobierno
francés, alguien del gobierno de Estados Unidos y un economista de otro país. Y todos nos
sentamos juntos por coincidencia. Pasamos como tres horas hablando sobre distintas formas
de resolver problemas. Y eso solo ocurrió porque estaba en el Driskill. Así que creo que South
by Southwest es una plataforma para el cambio.
Amy Webb en el escenario de SXSW
Hay semanas donde pasan décadas. Así nos sentimos. Estamos más allá de las explicaciones
simples. El futuro está aumentado. Pasamos del FOMO (fear of missing out) a FOMA (fear of
missing anything). Estamos ahí, sin plan a largo plazo, incómodos porque los líderes están
tomando decisiones catastróficas y todo avanza muy rápido. Los reportes de tendencias
tecnológicas de Amy Webb, CEO de Future Today Strategy Group, son tan atrapantes como
inquietantes. Algunas de las tecnologías del informe parecen ciencia ficción pero ya están
entre nosotros, como los MÁS (Multi Agent Systems), un grupo de IA que trabajan coordinados
sin que haya un humano involucrado. También pueden por sí mismos decidir no hacer nada
de lo que fueron creadas para hacer y portarse mal; como en el juego Minecraft donde unos
MAS evangelizaban sobre una religión que no existe, diseñaron su propia constitución y
distribuyeron información falsa.
Este comportamiento tiene que ver con que el lenguaje humano con el que se manejan las
IA es impreciso y lento. Y es por eso que compañías como Microsoft lanzaron Droid Speak,
lenguajes matemáticos, tres veces más rápidos. Los MAS no nos necesitan. Lo que sí precisa
la IA es un cuerpo físico para comprender, aprender y trabajar mejor. De eso se trata la
embodied Ai (o AI encarnada). Un siguiente paso en esta evolución. Sensores, por ejemplo,
conectados a nuestro cerebro para colectar datos. ¿Qué pasaría si alguno de los sensores se
rebela? ¿O si tu jefe te pone un chip para evaluar tu performance? Este nuevo paradigma está
transformando la IA de observadora a controladora.
Y mientras nos acostumbrábamos a la Gen AI (inteligencia artificial generativa, como
ChatGPT) otro término llegó para coparlo todo: Living Intelligence. Sistemas capaces de sentir,
aprender, adaptarse y evolucionar gracias a la inteligencia artificial, sensores avanzados y
biotecnología. "Las máquinas microscópicas nos van a dar ventajas sobre la naturaleza",
asegura Webb. Desde imanes en el esperma para una fecundación exitosa hasta tratamientos
para el Parkinson donde solo se trata la parte afectada o wearables para neuronas que las
protegen sin romperlas.
"La era de los robots ya llegó, y no van a ser mayordomos", alerta Webb. Las posibilidades
conllevan responsabilidades y para la futurista allí reside el gran dilema de este momento
histórico. Las decisiones que tomemos hoy determinarán el destino de la civilización. "Hay
mucho tecno-optimista pero la tecnología sola no nos va a salvar", concluyó.