Bajar la ansiedad, descansar mejor, tener mayor claridad... No, no se trata de la lista de
pendientes que podríamos encontrar en el cuaderno de un creativo sino del resultado que
aseguran haber obtenido los fundadores de las agencias Astillero Agency, ISLA México y
TombrasNiña entrenados en el arte de meditar.
No es novedad que el burnout llegó para quedarse en el ámbito de las agencias de creatividad
y comunicación. En 2024 la encuesta de salud mental realizada por Never Not Creative
reveló que el 70 % de los profesionales de los sectores de medios, marketing y creatividad
experimentaron agotamiento profesional durante el último año solo en Estados Unidos, Reino
Unido, Australia y Nueva Zelanda. Pero la Argentina no se quedó atrás, y ocupó un podio que
preocupa al ser el país con la mayor cantidad de trabajadores que padecieron síntomas de
"quemazón profesional" a nivel mundial. Los datos surgen de la investigación realizada por
el Grupo Adecco en el "2024 Global Workforce of the Future", donde se encuestó a 35.000
trabajadores de todo el mundo, incluido nuestro país.
Lo que sí fue una novedad es que recién en 2019 la Organización Mundial de la Salud
incorporó el término "burnout" como un fenómeno ocupacional (aunque no -aún- como
una enfermedad) que surge del estrés crónico en el trabajo mal gestionado. Lo define por
tres ejes: agotamiento, distanciamiento mental/actitudes cínicas hacia el trabajo y menor
eficacia profesional. En otras palabras: una tormenta perfecta para cualquier equipo bajo
deadlines permanentes.
Las jornadas de trabajo infinitas, los briefings que cambian a último minuto junto a la presión
por innovar convierten al ecosistema de las agencias en un ámbito perfecto para el burnout,
pero también comienzan a surgir nuevas voces y creativos que desde su propia experiencia
-y necesidad- plantean que otra manera de trabajar y de enfrentar el desafiante ritmo que
exige el mercado de la creatividad y la publicidad no solo es posible, sino necesario.
Resetear la mente
Gonzalo Vecino, cofundador y CCO LATAM de la agencia TombrasNiña, afirma que la
meditación y la respiración consciente son una especie de higiene mental fundamental para
todo heavy user de la actividad del pensamiento. "No nos damos cuenta del desgaste mental
que tiene nuestra actividad. Cuando ves a un atleta, observás los cuidados que tiene desde su
alimentación, el descanso y un montón de procesos que, en cambio, el "atleta corporativo" no
los tiene. Creo que hoy ante cualquier actividad donde vayas a tener una gran fatiga mental, el
principal consejo que te van a dar es que medites porque es una manera de limpiar la cabeza,
de resetearla, de ponerla en cero. Y es algo sobre lo que no se está hablando. No trabajamos
sobre esto y creo que tenemos una gran oportunidad para mejorar, sobre todo en nuestra
actividad", asegura Gonzalo.
Y es que en la cabeza pasan muchas cosas. La Escuela de Medicina de Harvard confirmó que
la práctica de la atención plena no solo ayuda a enfrentar el estrés cotidiano sino que se
evidencian, entre sus beneficios, la ralentización del deterioro cognitivo asociado a la edad,
así como la reducción de la inflamación, el fortalecimiento del sistema inmune, el control
de la respuesta al dolor y la mejora del sueño.
Por su parte, el doctor en Biología molecular
Estanislao Bachrach explica que para el cerebro meditar es como "ir al gimnasio", ya que
entrenar a diario el foco en un solo punto fortalece la atención y produce cambios medibles
en la estructura y función cerebral, siempre que se sostenga en el tiempo, claro está. Ese
cerebro más atento y con menos "ruido" facilita condiciones para el proceso creativo: ayuda
a desinhibir y mezclar conceptos para ver asociaciones nuevas y generar ideas. De esta
manera se concibe a la creatividad no como un don fijo, sino como una capacidad entrenable
que mejora con hábitos y técnicas, por lo que incorporar breves prácticas de meditación al
día favorece indirectamente la creatividad, según asegura el especialista en neurociencias.
Justamente, los meditadores de larga data aseveran que sus efectos van mucho más allá
porque ayudan a bajar la ansiedad. "La cabeza es como un balde con agua: si está agitada no
ves el fondo; cuando se calma aparece la claridad. Pero además también ves que hay cosas
que no están bajo tu control y que no vas a poder resolver, entonces entendés que las estás
cargando sin sentido. Eso te da relajación mental", explica Mariano Serkin, cofundador y CSO
de la agencia ISLA México y meditador desde hace más de veinte años.
"En 2018 estaba muy estresado, tenía una sensación de asfixia, de estar sobrepasado.
Entonces un amigo me invitó a ir a un curso de respiración; ahí arranqué con esa práctica y
desde entonces la adopté como una rutina diaria, es como lavarme los dientes", dice Gonzalo
y suma: "Me levanto a la mañana y hago mi práctica de respiración, y hago lo mismo a la
noche, antes de dormir para poder descansar mejor. Eso me ayudó mucho para poder tener
una mejor calidad de sueño. Antes me despertaba a las cuatro de la mañana, no tenía foco, no
podía encarar una lista de tareas diarias que me perdía en el medio, son un montón de temas
que los empezás a naturalizar y esa fricción te va impactando".
Líderes y meditadores
"Cuando trabajo con equipos creativos lo que más observo es que estamos el 95 % del día
en modo supervivencia. Imaginate lo que podríamos crear con un poco de conciencia y
presencia", reflexiona Agustina Gómez Carot, quien brinda talleres de meditación para grupos
y empresas y propone incorporar diferentes técnicas para ir ampliando el umbral creativo
disponible y así modificar la ecuación.